¿TICs en inicial?

Les propongo a través de este blog a los docentes e interesados en la Educación Inicial, a comenzar a construir entre todos, una inclusión genuina de las TICs en el quehacer áulico.
Reflexionaremos sobre el valor de las mismas, sus oportunidades, desventajas, limitaciones, posibilidades, etc.
Aprenderemos a valorarlas y criticarlas de manera que se transformen en alíadas y facilitadoras de nuestra labor educativa.
Intentaremos poner bajo la lupa conceptos e ideas provenientes del "sinsentido común" provenientes de pobres y endebles análisis sobre las Tics y su influencia en los niños.
Iremos armando, poco a poco, una caja de herramientas de la que podamos obtener recursos, ideas, tips, soluciones, links, conceptos, información que nos ayuden a empaparnos y a perderles el miedo.
Y por sobre toda las cosas aprenderemos haciendo, metiendo las manos en la masa, experimentando, equivocándonos e investigando.
Los invito entonces a comenzar a desandar el camino......

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Lectoescritura y tecnología en los primeros años

“Las nuevas tecnologías como herramienta para enseñar la lectoescritura en el Nivel Inicial”: he aquí una frase que encierra más de una cuestión. Porque el uso de la tecnología plantea más de un interrogante a los docentes; y si se enseña o no a escribir en el Nivel Inicial es otro, no menor.
Sin embargo, tanto la tecnología como la lectoescritura forman parte hoy del mundo de los niños de ese nivel: ambas temáticas surgen espontáneamente en las salas. Y son mundos interrelacionados: las nuevas tecnologías estimulan el aprendizaje de los códigos escritos; a partir del uso de esas herramientas, letras y números acompañan a los niños cada vez a edad más temprana.
En ese contexto, que los docentes de Nivel Inicial conocen bien (el video que sigue muestra una vivencia cotidiana) resulta interesante hacer un repaso sobre los distintos métodos con que se ha abordado la lectoescritura en las aulas, para analizar luego qué teorías pedagógicas sustentan algunos de los softwares que se ofrecen para facilitar ese aprendizaje.
Es un buen ejercicio, entonces, al seleccionar un software para trabajar en el aula o en la sala, interrogarlo acerca de qué concepción teórica de la lengua, del aprendizaje o de la pedagogía sostiene su funcionamiento, su estructura o su organización.
Un poco de teoría acerca de la problemática…
Desde distintas perspectivas pedagógicas el problema del aprendizaje de la lectura y escritura ha sido planteado como una cuestión de métodos.
El método sintético insiste en la correspondencia entre lo oral y lo escrito, entre el sonido (fonema) y la grafía. Propone ir de las partes, al todo; de las letras –la unidad mínima– a las palabras.
Más tarde, bajo la influencia de la lingüística, se desarrolla el método fonético, que propone partir de la oralidad. La unidad mínima del habla es el fonema. En el proceso de enseñanza comienza por el fonema, asociándolo a su representación gráfica. Es preciso que el alumno comience a “escuchar” cada uno de los fonemas que componen una palabra para reconocerlos y luego relacionarlos con sus símbolos gráficos.
Sin desestimar el problema del recorte del habla en sus elementos mínimos, surge un planteo:
No se trata de enseñar a los niños a hacer una distinción, sino de hacerles tomar conciencia de algo que ya saben hacer y utilizan en el habla.
Las viejas estrategias a la luz de las investigaciones.
Tradicionalmente los métodos utilizados para la enseñanza tenían como eje la necesidad de enseñar las “primeras letras”:
-letras solas a través de su nombre o valor sonoro;
-letras combinadas en sílabas;
-letras “juntas”, formando palabras o frases.
Sin embargo, sabemos que existen muchos sujetos no alfabetizados que “saben las letras” y pese a ello no se han apropiado del conocimiento que les permite leer y escribir autónomamente. Ya en la década del 70, las investigaciones de Emilia Ferreiro y Ana Teberosky mostraron el proceso de aprendizaje que lleva a cabo un niño, señalando dos dos aspectos fundamentales:
-el niño no necesariamente desconoce el sistema de escritura, ya que al tener contacto con los medios, carteles, libros, revistas, diarios va formando un conocimiento acerca de la función social de la lengua escrita;
-puede tener una idea bastante clara de la configuración del sistema de escritura, es decir, una hipótesis que le permita suponer cómo se organiza la escritura.
Algunos inconvenientes prácticos…o de la práctica…
Si elegimos enseñar las letras por su nombre, no habrá problemas al momento de presentarlas asociadas a un dibujo si hacemos una correcta selección previa. No habrá duda de que la palabra “avión” puede ser la elegida para enseñar la letra A, pero ¿qué sucede si elegimos la palabra “elegante” para enseñar la letra E? ¿Estamos realmente colaborando con el aprendizaje de los chicos a escribir o estamos fomentando su confusión? ¿Con qué letra empieza fonéticamente la palabra elefante? Bien podrían responder que con la letra “ele”, si solo estamos recurriendo a la enseñanza de las letras por el nombre que las identifica.
Por otro lado, si nuestro alumno intenta “deletrear” una palabra, tampoco logrará identificar el significado de la palabra escrita si el deletreo resulta un acumulado de “nombres de letras”. Como en este ejemplo: MARIPOSA = eme a erre i pe o ese a.
Por ello, la enseñanza de las letras por su nombre no es un método que favorezca el aprendizaje de la lectoescritura, por lo que es necesario recurrir al reconocimiento fonológico y luego sí identificar los nombres de las letras, como segunda instancia de aprendizaje.
Como maestros, debemos intervenir en el proceso produciendo el análisis de los fonemas que forman una palabra, motivando a “saber escuchar”, para que los chicos puedan paulatinamente ir asignando a cada letra su valor sonoro y con ello decodificando nuestro sistema de escritura.
Pronunciar palabras, escuchar el sonido con el cual comienzan o terminan, el sonido que escuchan más fuerte, buscar palabras que suenen igual, son algunas de las estrategias que pueden favorecer el aprendizaje. En la experiencia concreta, los chicos van atravesando diversos estadios de aprendizaje: pueden reconocer el sonido de las letras pero no la grafía, pueden reconocer otras por su nombre pero no identifican su fonema, pueden reconocer el grafismo pero no saber nada más de ellas.
¿Y la tecnología? ¿Qué uso podemos hacer de ella?
En los relatos de los maestros aparecen frecuentemente situaciones en las que a través de su uso de la computadora los chicos mostraron conocimientos que no se reflejaban cuando realizaban una tarea escrita. Una maestra comenta “le pedí que escribiera su nombre y me dijo que no lo sabía, pero cuando se sentó frente al teclado ¡escribió su nombre completo!”.
La tarea exploratoria que permita identificar la grafía de las letras puede realizarse con un procesador de textos convencional. Jugar con el teclado, ir haciendo “aparecer” letras en la pantalla es un modo de acercara los niños al formato convencional de cada una de ellas, tal como se relata esta experiencia.
Las teoría pedagógicas que subyacen a los distintos softwares para la enseñanza de la lectoescritura
El maestro que busque material adecuado para facilitar el aprendizaje se encontrará con varias sorpresas… Como que teorías pedagógicas que han dejado de usarse –por ejemplo la enseñanza a través de las sílabas, o de las letras por su nombre– están en la base de programas de software libre que uno encuentra en internet.

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